Usuarios de la piscina de Albal protestan por la escasez de sombra
Numerosos usuarios de la piscina de verano de Albal, situada en el polideportivo de Santa Ana, han manifestado sus protestas por la escasez de sombra en la zona destinada al público, agravada por la tala de árboles que había en el recinto, llevada a cabo durante las obras de remodelación de las instalaciones y en la que se ha eliminado un ficus de gran tamaño que tenía más de 40 años. Los bañistas protestan por tener que estar demasiado expuestos al sol, excepto los pocos que pueden guarecerse en unas pequeñas pérgolas y sombrillas. Esta situación, añadida al cambio de césped natural por artificial y también la prohibición de comer en el recinto, ha provocado quejas generalizadas y hay quienes incluso han decidido irse a piscinas de pueblos de alrededor. Sin embargo, en el proyecto inicial de remodelación que hizo público el ayuntamiento el pasado verano no se contemplaba la eliminación de los árboles y, además, se anunciaba la creación de más zonas de sombra. Entonces se dijo, textualmente, que se preveía «la reordenación de toda la zona ajardinada, manteniendo el arbolado y vegetación existente en el perímetro», así como la dotación de «más zonas de sombra para que puedan disfrutar las vecinas y vecinos de estas nuevas instalaciones».
La realidad es que, por la eliminación de los árboles que había, y el hecho de que los nuevos que se han plantado aún tardarán en dar sombra, casi toda la zona de alrededor de la piscina, tanto de césped como de baldosas, se halla expuesta al sol, un problema sólo mitigado en parte por cuatro pequeñas pérgolas y cinco sombrillas también de pequeño tamaño, lo que resulta a todas luces insuficiente para la cantidad de bañistas que acuden a las instalaciones, sobre todo en los fines de semana.
Las sucesivas informaciones que el ayuntamiento ha facilitado sobre la remodelación de la piscina de Santa Ana revelan no sólo que en un principio se quería mantener el arbolado y después se decidió eliminarlo, sino que, además, el montante de la inversión a realizar en las obras también ha cambiado. En agosto de 2018 se anunció que la inversión sería de 700.000 euros y, finalmente, ha sido de 500.000. Estos cambios se pusieron ya de manifiesto cuando el ayuntamiento presentó, en septiembre de 2018, la memoria justificativa para recibir la ayuda de 348.501,51 euros que la Diputación de Valencia le había concedido para este proyecto. Allí ya se especificaba que, en vez de «la reordenación de toda la zona ajardinada manteniendo el arbolado y vegetación existente en el perímetro» anunciada en agosto del mismo año, se había optado por «la sustitución del arbolado y la vegetación existente en el perímetro por otro tipo de especies vegetales y arbóreas cuyas características las hagan compatibles con la instalación y uso».
En cuanto a la inversión, en dicha memoria justificativa se detallaba también que el presupuesto de ejecución material era de 347.246,34 euros, a lo que se añadía el 13 % de gastos generales, que son 45.142,02 euros, y el 6 % de beneficio industrial, que son 20.834,78 euros, así como el 21 % de IVA, 86.776,86, con lo que se llegaba a la cifra del total del presupuesto de la contrata, que son 500.000 euros. Sin embargo, en agosto de 2018 el ayuntamiento había anunciado que la inversión iba a ser de 700.000 euros.