Jorge Quintana: «los sistemas antidopajes actuales no son totalmente efectivos»

Natural de Torrent, Jorge Quintana es un periodista especializado en ciclismo, mundo en el que lleva inmerso casi 25 años, y un escritor que publica su tercera novela, ‘Pedaleando en el infierno’.

Es una novela, pero también el retrato fiel de una época, una punzante descripción de lo que ocurría en el ciclismo profesional español en los años previos y posteriores a la Operación Puerto, a comienzos de la década del 2000.
Lucas Castro es un joven ciclista profesional, protagonista de la novela, con el que el lector vive la evolución desde los sueños de un niño al sacrifio de un deportista profesional en aquella complicada época. El libro describe sin tapujos la historia del dopaje: las motivaciones, los inductores y las prácticas, todo ello en el contexto de un país y una economía que parecían estar en eterno crecimiento.

-Es periodista deportivo, ¿qué le motiva a un periodista hacer un libro de estas características?
Para empezar, la ficción tiene un encanto especial porque te permite eludir las dos grandes barreras de un periodista: por un lado, no hay límites de espacio ni de tiempo. En un periódico puedes escribir un tema de una página o, como mucho, de un par de páginas. Y, además, tienes unas pocas horas para hacerlo. En una novela no existen esas limitaciones. Además, escribir una novela también te permite eludir la barrera legal. Cuando escribes un reportaje, debes cuidar escrupulosamente todas las palabras porque puedes acabar en un tribunal por difamación. En cambio, cuando entras en el mundo de la ficción, tu riesgo es diferente: aburrir al lector, no ser verosímil… Pero eres mucho más libre para contar la vida que ven pasar tus ojos.

-‘Pedaleando en el infierno’ es su última novela. ¿no es tan idílico como parece ser un deportista de élite?
Depende de la perspectiva del deportista. Hay atletas de elite como Andre Agassi que se pasaron toda su vida odiando el tenis. En cambio, hay otros como puede ser el campeón del mundo, Alejandro Valverde, que disfrutan de la bicicleta como el primer día. Esa actitud mental es básica para entender cómo es la vida de un deportista de élite. Es cierto que deben hacer muchos sacrificios: comida, entrenamiento, concentraciones, viajes constantes por medio mundo… Pero muchos de ellos jamás lo ven como un sacrificio. Personalmente, sigo pensando que son privilegiados. Tienen una vida muy exigente desde el punto de vista físico, pero también muy cómoda desde otros muchos puntos de vista, puesto que suelen estar rodeados de personas que les ayudan en casi todas las gestiones del día a día.

-Su novela habla del lado oscuro del ciclismo, ¿por qué cree que un deportista puede llegar a jugarse su carrera deportiva por doparse?
Forma parte de la condición humana. ¿Por qué un político arriesga toda su vida a cambio de un soborno? Analizado fríamente, no tiene sentido. Pero es algo que ocurre cada día en España y que ocurre en todo el mundo. Lo mismo sucede con los deportistas. No todos tienen el mismo esquema de valores y no todos viven en el mismo ambiente cultural y ético. Ha habido momentos en el deporte en los que el dopaje formaba parte activa de la vida de todos los que querían dedicarse a la elite. Y era muy difícil escapar de esa red de mentiras. Ese es el mundo que describo en mi novela, Pedaleando en el infierno. Para todo el mundo parece muy fácil pensar que yo jamás haría trampas. Pero los errores en la vida no suelen llegar ante decisiones tan sencillas desde un punto de vista ético. Al final, somos esclavos de nuestras circunstancias y Lucas Castro vive unos años muy difíciles. Leer la novela es importante para entender la mejor respuesta a la pregunta clave: ¿por qué?

-Su novela y personajes son de ficción, pero usted vivió muy de cerca la famosa Operación Puerto que permitió desarticular una red de dopaje, ¿cómo recuerda aquella época?
Fue una época muy convulsa y un fracaso colectivo. El ciclismo, desde el último al primero, no supo reaccionar al problema que teníamos con el dopaje. Si analizas la lista de estrellas del ciclismo con un poco de perspectiva, verás que un número muy significativo han acabado siendo señalados por la lucha antidopaje. En ese sentido, se ha sabido pelear contra los tramposos. Pero se podría haber hecho de una forma mucho mejor. Y se acabó apostando por arreglarlo de la peor de las maneras: escándalo tras escándalo.

-Actualmente usted, además de escritor, asesora a ciclistas y equipos de todo el mundo, ¿cree que los sistemas antidopajes actuales son totalmente efectivos?
No. Además, nunca lo serán porque no hay ningún método totalmente efectivo. No lo son los aviones, como hemos visto recientemente con el caso de los modelos 737 Max. Por tanto, ¿cómo vamos a pedir la perfección absoluta a la lucha contra el dopaje? No tiene sentido pensar así. Pero, al menos, sí podemos decir que el ciclismo ha hecho como deporte una limpieza que no he visto en otros deportes. Lo estamos comprobando ahora con el escándalo de las apuestas en el fútbol. Ha habido un poco de ruido mediático y el tema se está dejando en el cajón del olvido, el mismo lugar donde fueron otros amaños que están adulterando constantemente los partidos de 1ª, 2ª, 2ªB y 3ª. Y, sin embargo, el mundo del fútbol usa las mismas excusas baratas que empleó el ciclismo: es un hecho aislado, no se puede acusar a todos… Mirar hacia otro lado jamás será la solución.

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