Crianza con agobio

Por Elisa Sal autora del blog www.planetamamy.com
Apasionada de la comunicación y la educación
Colaboradora en Escuela de Padres 3.0

Venimos de una Educación donde el cabeza
de familia tenía la última palabra,
donde la frase de “una bofetada a tiempo”
no sorprendía a nadie, donde las madres
amenazaban con una zapatilla por
el pasillo de casa, sólo había dos canales
en la tele y los dibujos sólo eran dos horitas
a partir de las 18h. Íbamos solos andando
al colegio y jugábamos en la calle
hasta que nos gritaban por la ventana
que era la hora cenar. Los Reyes Magos no
tenían competencia con Papá Noel…

En contrapunto, hemos sido padres y
madres en una era electrónica, donde
hay canales con dibujos las 24h, donde
jugar en la calle solos no es una opción segura
y mucho menos ir solos al colegio,
pero curiosamente el mayor peligro está
detrás de una pantalla. Los Reyes Magos
se pelean con Papá Noel porque como
viene antes les roba la emoción de su llegada,
¡qué más da!, ya han jugado durante
días y ellos son el remate final, la guinda,
de una montaña de juguetes que juegan
solos y aburren en dos minutos. El cabeza
de familia tiene más de una cabeza:
el padre, la madre, la abuela, la vecina, incluso
el profesor y quizás el “youtuber” de
moda… así que no hay una última palabra,
hay miles de palabras, consejos, lecciones
y contradicciones. La frase de “una
bofetada a tiempo” se ha convertido en
maldita, pero aún la seguimos oyendo y
se nos pasa por la cabeza… es lo que tiene
ser un eslabón, los fantasmas del pasado
a menudo nos atacan y cuando las
nuevas metodologías educativas y de
crianza no funcionan en casa, sobrevuelan
nuestras mentes pensando si “cualquier
tiempo pasado fue mejor” …

Vivimos agobiados, en presión continua,
en todos los ámbitos, la sociedad
avanza a la carrera y cuesta mucho subirse
al caballo y muchas veces no paramos
de caernos. Estamos borrachos de información
desde el mismo día que creamos
una vida y entonces nos damos de bruces
con la realidad y observar que todo
es mucho más fácil y más bonito en nuestra
imaginación, en nuestros deseos, en
nuestras convicciones… pero el día a día,
con sus pros y sus contras, desestabiliza
todo ese perfecto ideal en el que creemos
religiosamente, estamos convencidos de
que eso que hemos leído es lo mejor para
nuestros hijos, queremos ser ese tipo de
padres o madres sobre los que leemos
en los libros de crianza y educación, queremos
mejorar cada día, pero no siempre
se puede, no siempre encaja con la forma
de ser nuestros hijos, no funciona, y pruebas
a la desesperada con aquello que hacían
tus padres y el batiburrillo aún resulta
peor. Porque no, eso ya no encaja en
su mundo, porque no, tú no eres ni tu padre
ni tu madre. Y nos agobiamos, nos
auto culpamos, nos decepcionamos de
nosotros mismos… somos nuestros peores
enemigos.

Cuando me siento así, respiro, admito
mi error, y pido perdón si es necesario
y vuelvo a intentarlo… al fin y al cabo, yo
también estoy aprendiendo.
Mamá, papá, respira, sonríe… lo estás haciendo bien

 

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