Enrique Ortí, diputado y portavoz del PP de Xirivella: Sigue la farsa

Es muy sorprendente que aquellos que accedieron al poder, los autodenominados “gobiernos del cambio” han ido evolucionando, cual Pokémon, en su forma de actuar. Venían a “salvar personas” rodeados de un halo de inmaculada honestidad y buenas, o buenísimas intenciones. El tiempo que todo lo descubre y pone en valor ha ido desvelando la verdad. Son más de tres años intentando darnos a todos lecciones de “bonhomía” y de recto proceder que en la mayoría de los casos no han sido capaces de aplicarse a sí mismos.

El pasado agosto se abrió al tráfico el túnel que conecta la autovía A-3 con la V-30, obra muy necesaria por la que nos felicitamos todos. Un inciso, últimamente no le he oído decir a nadie que cuando se adjudicó la obra el PP gobernaba en el ámbito municipal, autonómico y nacional. Pues para darle lustre a la ocasión (que lo merece, sin duda), a instancias de la Delegación del Gobierno, se realizó una inauguración como las de siempre, como las que realizaba el tan denostado PP.

Pero esta vez con asistencia de todos los representantes de los “tripartitos”, “bipartitos” y “unipartitos” de las poblaciones colindantes y con cierto grado de afectación y de mejora al ponerse en servicio la infraestructura, junto con el nuevo y flamante Delegado del Gobierno acompañado de su corte y cortesanos correspondientes.

Hasta ahí todo parecía un ejemplo más de su incoherencia, pero la cosa iba mucho más allá. Ninguno de ellos cayó en la cuenta de que el pasado mes de mayo, apenas tres meses antes, los partidos que en Les Corts Valencianes representan a esos mandatarios que acudieron al evento, aprobaron en la cámara autonómica una Ley sobre Publicidad Institucional. Debieron faltar algunos a la sesión de aprobación puesto que el texto aprobado prohíbe expresamente actos de ese tipo, (y a mí me parece una exageración), pero lo cierto y verdad, es que una Ley recién aprobada por los miembros del “Pacto del Botànic” ha sido inmediatamente y con toda probabilidad vulnerada por ellos mismos.

Desgraciadamente ésta es la forma habitual de actuación, primero, hinchan pecho por ser tan “requetebuenos”, tan inmaculados que crean una Ley para que no se le saque rédito político a las infraestructuras que se construyen por medio de la acción política. Sostienen de cara a la galería que todo lo hacen para mejorar la vida de los ciudadanos, que no comparten que ningún gobierno se arrogue electoralmente el éxito en la gestión.

Pero luego, de forma inmediata, la cosa ya no va por ellos. A los del Botànic, supuestamente sin mácula, no les afecta una Ley hecha para que los demás no saquen rédito electoral del trabajo realizado, consideran que ellos están por encima de la Ley que ellos mismos aprobaron.

Valdría el dicho castizo: “Consejos vendo, que para mí no tengo”. Le propondría a la Sra. Oltra, que si decide abandonar la boutique de marca y retoma las camisetas, puede que este lema le venga al pelo.

Sigue la farsa.

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